Son muchos los niños y niñas que tienen una actividad frenética diaria. No paran de correr, saltar, jugar, y la mayoría de las veces no prestan atención a sus padres cuando les hablan, y en muchas ocasione no mantienen la concentración.
Este trastorno de origen neurológico afecta a un 5% de los niños del planeta, provocándoles sobre todo un déficit atencional que puede afectar tanto a las actividades académicas como las tareas sencillas y cotidianas, sostienen los especialistas.
La directora del Taller de Expresión Infantil (TEI), María Victoria Heisecke, señala que “cuando los niños se muestran inquietos y les resulta complicado mantener el control de su cuerpo ante cualquier tipo de eventualidad, presentan serías dificultades para aprender las lecciones en la escuela, este debe ser tratado desde varias aristas y con profesionales de cada área”.
(La Nación, Lucía González – 23 de setiembre de 2012).
Fuente: Reseña «Niñez y Adolescencia en los Medios» de la Agencia Global de Noticias